Blog de la Escuela Latinoamericana de Canto, especializada en la educación de la Voz de Contratenor - Director: Mtro. Lic. Daniel Guzmán - Fonoaudiólogo - Cantante Lírico - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Contacto: contratenorguzman@yahoo.com.ar - WhatsApp: +54 9 1158641236

19 julio 2013

OÍDO MUSICAL

Cuando un oído es musical sabe percibir y analizar cada una de las partes del espectro de frecuencias con el máximo de velocidad y precisión.
- Una curva ascendente hasta las frecuencias de 3000/4000 Hz estabilizándose a este nivel y una leve caída en las frecuencias más altas.
- Una selectividad auditiva abierta, que es la habilidad para analizar y comparar sonidos de distintas frecuencias; así como la habilidad para determinar la dirección de la variación, es decir, si un tono es más alto o más bajo que el otro.

- Una espacialización auditiva precisa, que es la habilidad para identificar la fuente de sonido en el espacio que lo rodea.
- Un predominio auditivo del lado derecho. Tomatis sugiere que el oído derecho es el que controla y analiza los sonidos y por lo tanto es este dominante y principal de los cantantes y músicos.
El reconocimiento y comprensión de los intervalos musicales que se dan en las composiciones melódicas propias de una cultura, en nuestro caso la occidental, constituye una fase importante para el desarrollo cognitivo de la música. Esto es así porque el núcleo fundamental sobre el que se sustenta una melodía es la relación existente entre sus tonos y la duración de las notas; de ahí que la percepción del elemento tonal de la melodía sea la base de la misma, independientemente de que sea ejecutada por un instrumento u otro, o con un matiz de expresión, intensidad, etc. El parámetro tono o altura musical de un sonido, es el factor más importante de la melodía y debe ocupar un lugar predominante en la educación musical.
Bentley descubrió que la mayoría de los niños pueden distinguir a los 7 años diferencias hasta de 1/4 de tono y alrededor de los 12 años, pueden diferenciar octavos de tono.
También nos dice que la memoria rítmica se desarrolla más intensamente en todas las edades de la niñez, que la memoria tonal; la aptitud para analizar acordes se desarrolla más lentamente.
Tomatis dice que el feto oye y escucha la voz de su madre. Después de todo el oído es el primer órgano en ser totalmente funcional cuando el feto tiene 4 meses y medio.
Henry Truby observó que el feto de 6 meses mueve su cuerpo al ritmo del habla de su madre. La voz de la madre no es solo un nutriente emocional para el niño, sino que también lo prepara para adquirir el lenguaje después de nacer. Es decir que la escucha se inicia en el útero.
Por eso es imprescindible plantear una metodología sistemática para su entrenamiento. Dado que la percepción auditiva en la altura de los sonidos, presenta dificultades especialmente en niños y adultos que no han tenido un entorno musical favorable o han tenido modelos (madres o maestras desafinadas).
Las habilidades de discriminación auditiva son inherentes a todos los seres humanos desde muy temprana edad, pero requieren esfuerzo y estímulo.
Es importante generar el ambiente propicio para desarrollar las capacidades musicales como sucede con el lenguaje.
También es importante conocer las características de los alumnos, su historia personal y musical, su contexto, sus experiencias, dificultades, etc, para poder diseñar la metodología adecuada.
Sabemos que el conocimiento y discriminación del mundo sonoro estimula la capacidad intelectual y es una forma de conocer el mundo que nos circunda y así obtener más seguridad en sí mismo.

Para asegurarnos que el oído del alumno es bueno, lo más simple es hacer un examen de audición. Si bien podemos valernos de la acumetría en una primera entrevista, es importante hacer una audiometría. Es necesario que el estudio esté bien realizado por un Fonoaudiólogo especialista que tenga en cuenta las respuestas aéreas y óseas respectivamente comprobadas con auriculares y vibradores. De ese modo estas dos curvas auditivas aportan informaciones complementarias. Hab´ra que tener en cuenta que el audiómetro pueda acceder a un umbral por encima de 0 dB, para poder medir la sensibilidad auditiva más agudizada.
Es indispensable que el Fonoaudiólogo especialista esté orientado hacia el estudio de la función de escucha, lo que le permitirá detectar cómo se comporta el oído que ha examinado en el plano audiométrico cuando pasa al acto activo, voluntario, que supone el hecho de escuchar. Después de haber hecho el estudio correspondiente sabremos si el oído está preparado para responder a esa facultad tan específica de la naturaleza humana.
Así que para conocer las aptitudes de escucha de un oído del cual conocemos la curva auditiva, se complementa el análisis con una batería de pruebas denominadas el "test de escucha". Este nos permite saber:
- si el sujeto sabe analizar las diferenciaciones de las secuencias frecuenciales.
- si se han integrado bien las nociones espaciotemporales de los sonidos.
- si el poder selectivo de los sonidos está activo.
- si el oído rector está despierto. Podemos medir el valor de su dominancia o al contrario su incapacidad.
Gracias al test de escucha, la lateralidad auditiva toma la importancia debida. basta recordad que solo el oído derecho está implicado en las regulaciones audiovocales y que debe presentar necesariamente las características del oído musical.

CURVAS AUDITIVAS
El siguiente audiograma correspondería a una audición de buena calidad, o sea a un oído musical. Indica que puede reproducir con precisión y que en el momento de emitir la voz, puede unirle un timbre cálido y una coloración rica.
Vemos que el espectro de frecuencias se despliega de los graves hacia los agudos, de izquierda a derecha y los umbrales se anotan según la intensidad evaluada en dB.
Este sería el esquema ideal, el de todo oído sin problemas, lo que significa que normal y fisiológicamente todo sujeto debería tener. A partir de ahí le sería fácil aprender a escuchar.

Sin embargo, las cosas no son así, y numerosas causa orgánicas y sobre todo psicológicas modifican el aspecto de la curva. Éstas tienen una repercusión profunda que se manifiesta de diferentes maneras:
- la dinámica corporal se modifica por el comportamiento del vestíbulo.
- el análisis de las frecuencias está alterado de una manera más o menos sensible por el comportamiento de la cóclea.
Los perfiles de los umbrales pueden presentar distinto aspectos. Algunos de entre ellos son particularmente significativos. Si el audiograma revela un descenso de entre 500 Hz y 1000 Hz el sujeto no es sensible a la música. (Audición deficiente entre 500 /1000 Hz). El sujeto aprecia poco la música.



Si la alteración afecta esencialmente a la zona situada entre 1000 Hz y 2000 Hz, la afinación se verá afectada.(Déficit auditivo entre 1000/2000 Hz).


Si la curva auditiva es inarmónica más allá de los 2000 Hz, es la calidad vocal la que se verá afectada, sobre todo en lo que al timbre y al color se refiere. (Déficit más allá de los 2000 Hz.)


Si la curva aún es ascendente entre los 500 y los 1000 Hz pero se desarticula más allá de los 1000 Hz hacia los agudos, sólo subsiste la afinidad para la música, sin posibilidad de reproducirla. (déficit más allá de los 1000 Hz).


Si la línea aparece desarticulada o si es plana, tanto la musicalidad como las posibilidades de reproducir  la música son inexistentes. (amusicalidad)




Es evidente que en las condiciones óptimas de musicalidad vistas anteriormente, la calidad de la voz resulta influenciada por el conjunto anatómico del aparato fonador específico de cada individuo. Sin duda, también depende de toda la estructura neurofísica. La voz es en todo momento reflejo de un estado interior. Lo mismo pasa con un músico cuando ejecuta una partitura con precisión tonal, debe realizar también otros ajustes que están en función de su estado psíquico, tanto o más que los de la técnica y la calidad del instrumento que tiene a su disposición.

Cantar implica un engranaje de controles extremadamente elaborados que llegan a hacerse automáticos gracias a la práctica, pero que no por ello constriñen con menos fuerza, al menos al principio. En el canto intervienen las funciones mas elevadas del control cerebral.
En la sesión del método audio-vocal-corporal se trabaja durante 45 minutos. Lleva algunos meses instalar los circuitos y el oído se hace sensible a esas nuevas aptitudes. El tratamiento es individual y en función del test de escucha y de las propias características del individuo.
Por lo tanto los que tienen una mala escucha avanzarán hacia una mejoría importante de sus potenciales. En cambio en los que tienen una mala audición será más complejo, recordemos que sin audición no hay canto. Pero, existen también malas audiciones recuperables y otras que podrán mejorar.
Con esta metodología después de un cierto tiempo de sensibilización, es posible adquirir rápidamente el conjunto de sensaciones propioceptivas indispensables para un buen control del canto.
La enseñanza va dirigida primero a la postura, postura de escucha, postura del canto de modo que las distintas partes del cuerpo puedan ser sucesivamente concienciadas. Luego al aparato fonador (laringe, lengua, labios, etc) para ser percibido en su dinámica vocal. Seguidamente la vocalización considerando los mecanismos de la respiración en relación con su acción sinérgica con la laringe.
A partir del instante en que el oído entra en su función de escucha, y que se convierte en un sensor de control, el aparato fonador manifiesta sus contrarreacciones bajo la forma de una voz bien modulada, timbrada, aportando al SN la estimulación necesaria para un buen desarrollo discursivo. las vías vestibular y coclear se utilizarán bajo esa perspectiva y el beneficio en la dinámica cerebral no se hará esperar: las respuestas destacarán tanto en el plano físico como en el psicológico.
En el plano físico, la postura es lo más relevante de la acción del oído interno. La verticalidad, una cierta manera de asegurar el porte de la cabeza. Lo físico y la voz están íntimamente relacionados hasta tal punto que de sus contrarreacciones podemos deducir los parámetros que afectan a la postura, así como podemos prever en función de esta última, cuál será la calidad vocal.
Los estados de ánimo se transparentan tanto en el plano físico corporal como en las modulaciones de la voz, en la inflexiones de la cadena hablada.

Daniel Guzmán - Fonoaudiólogo MN 8815 - Licenciado en Fonoaudiología
Doctorando en Fonoaudiología

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